viernes, 18 de octubre de 2013

LOMCE, la ley de los mercados (II)

Competitividad versus equidad

La competitividad es un valor típico del mercado. Desgraciadamente va calando poco a poco en la forma de gestionar los centros. Los directores dan muestras permanentes de rivalidad para "cazar" alumnos. Últimamente, al comienzo del curso, los equipos directivos están llamando a alumnos o a sus familiares para convencerlos de que se matriculen en sus centros y mantener o aumentar así el número de alumnos. Todo vale en la guerra para conseguir "clientes". El sueldo de los directores se incrementa en función de este número (En Madrid, 0,48 euros/alumno matriculado). Eso sí, muchos dirán que lo importante es mantener a los profesores. Es decir, que su preocupación solidaria se une a los intereses personales. Juego redondo.
A partir de la implantación de la LOMCE, se podrán publicar los resultados obtenidos por los alumnos en las pruebas externas. De este modo la publicidad que ya se hace en folletos podrá incluir el nivel alcanzado en el ranking de centros, de modo que importará poco o nada que la institución escolar esté prestando un servicio fundamental en un barrio con población marginal o de inmigración reciente. El darwinismo social imperante logrará mayores tasas de marginación especialmente cuando se empiece a seleccionar alumnos para quedar bien en el hit parade escolar. Habrá centros en determinadas zonas que se constituirán como guetos y se mantendrán con presupuestos de beneficencia disfrazados de solidaridad.
En el propio preámbulo del proyecto de ley se reconoce que:

"Las diferencias entre los alumnos de un mismo centro y entre distintos centros indican que tenemos un sistema educativo más homogéneo que la media, lo que se traduce en un índice de equidad superior a la media de la OCDE"


Sí, sí, la organización que elabora los famosos informes PISA. Pero de esto no se habla. No interesa a los mercados.